miércoles, 10 de diciembre de 2014

Sueños


Recordar los sueños no ha sido una de mis habilidades, de hecho, salvo las pesadillas, que suele ser la misma de forma recurrente, no suelo recordar nunca ninguno de mis sueños. De hecho me consideraría una persona que no sueña, en ninguna de sus interpretaciones.


En la literal:
Duermo poco, casi nunca de forma seguida, acostumbro a despertar a horas intempestivas, aunque luego aprovecho a descansar en la sobremesa, sí, me gusta dormir la siesta, es una manera y un momento ideal para esa desconexión de la mente y el cuerpo. 

Amanezco sin recuerdos de mis sueños, pero en los últimos días despierto con la sensación de estar viviéndolos plenamente. Sentir tus manos entrelazadas a las mías, notar el calor de tu beso en mi mejilla y la intensidad de tu mirada ser la luz que ilumina mi habitación al despertar. Y volver a conciliar el sueño se hace tarea imposible, miles de recuerdos y sensaciones ocupan mi desvelo.


En la metafórica:
¿Quién no tiene sueños? Todos tenemos ilusiones y esperanzas, anhelos y deseos. Confiamos en que esos sueños se cumplan. Pero para que los sueños sean una realidad hay que partir del pragmatismo, de la experiencia diaria, de la lucha cotidiana por mejorar y poder alcanzarlos.

"Soñar es gratis" se suele escuchar en multitud de foros, y ahí se queda, en la gratuidad del sueño, pero está más que claro que para hacerlos realidad hay que pagar un precio, perseguir un sueño implica el coste de las aduanas, el pago de los peajes, el sudor del esfuerzo y las lágrimas de los sacrificios.

En ese "camino" nos encontramos muchos, en querer mejorar y ser dignos de alcanzar aquello que anhelamos, y no está exento de errores, ni de equivocaciones, está lleno de tropezones y de ganas de despertar, de creer que es una pesadilla, sacudirnos y abrir los ojos.

Y cuando el sueño literal se mezcla con el sueño metafórico descubres, una vez más, que no estabas desencaminado en tus intenciones, en tus esperanzas y en tus sentimientos, aunque luego todo pareciera una pesadilla.


"... y el sueño se convirtió en una absurda pesadilla, donde sólo el orgullo salió ileso"