miércoles, 13 de marzo de 2013

Revisión


Siete años hacía ya que había abandonado mi primer puesto de trabajo, al que le había dedicado cinco años. Tiempo lleno de vivencias, experiencias personales y obviamente profesionales.
La idea de volar en solitario llevaba tiempo rondando por mi cabeza, y en ello había puesto mis metas futuras.
Trabajar para otro no estaba mal, eran buenos tiempos, sueldo aceptable, sin quejas al respecto, al fin y al cabo los gastos eran mínimos, todo se destinaba al ahorro, un ahorro de plan de futuro... casa, hogar, familia...

Pero eso era historia pasada.

El camino de emprendedor comenzó bien, fueron tres años de muchas ilusiones, de mucho trabajo y de algunos beneficios. Todo estaba cubierto, gastos, nóminas, caprichos, viajes, obligaciones... Al comienzo del cuarto año la situación cambia, no es igual, no hay el mismo volumen de trabajo, ni de negocio... la crisis...
Pero mi mente y mis sentidos estaban en otros asuntos, mi mente dejó de ser pragmática, no lo vi venir, no tomé las medidas oportunas y mis fuerzas y mi voluntad eran absorbidas.

Cuerpo y mente en una lucha constante, agotadora, contra celos, egos heridos, caprichos... un tira y afloja continuo.
Soportando lo insoportable.
Una caída en picado hacia sitios impensables, ilógicos hasta la fecha, nada recomendables... toqué fondo.

Y quizás lo merecía.

Ni personal ni profesionalmente avanzaba, y el estancamiento duraba ya otros tres años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario