martes, 26 de marzo de 2013

Huir

Peregrinar puede ser una buena idea... encontrar el camino en el Camino... bucear en mis miserias, navegar en busca de un antiguo yo más noble, más honesto, en definitiva, un yo mejor. Está claro que no soy un santo, ni lo era, pero indudablemente tenía un potencial más benévolo.


La tarde se suavizaba, la brisa era más leve, el calor había remitido y los inquilinos de las mesas que me rodeaban habían cambiado varias veces sin apenas darme cuenta, absorto como estaba en estas ideas.
"Huir", esa es la otra palabra, apartarse de alguien o de algo deprisa para alejarse de un peligro o una molestia. Huir, sí... pero a dónde. ¿A hacer qué?
- No, huir es inviable, descartado.
Son muchos los factores que hacen que no sea una buena opción, aunque apeteciera. El dónde, el cómo, el qué... y además está él, no podría alejarme más físicamente, y tampoco prolongar las ausencias temporales, no sería justo para él, pero tampoco lo sería para mi, además de hacer todo más insufrible.
- ¡No! Descartado.

Había que afrontar esos asuntos, y empezar de cero.

Ideas desordenadas, pensamientos variopintos sobre problemas igual de diversos.

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