miércoles, 8 de mayo de 2013

Día diez

(Miércoles, 06/06)
by AyA

Podríamos considerarnos afortunados, pues prolongamos nuestra estancia en Santiago un día más, cambiamos la hospitalidad de los albergues por la comodidad y la privacidad de un hotel, muy cerca del centro, a escasos diez minutos de la Plaza del Obradoiro.

Amanece un día radiante, parece que el tiempo quiere seguir aliándose con nosotros, pues apenas nos ha tratado mal, lluvia débil el primer día, también en una de las jornadas la lluvia nos acompañó unos kilómetros y ayer, en la entrada a Santiago de Compostela. Pero hoy, la luz es la protagonista.

by AyA

Espectacular observar como la luz del sol da vida a las piedras que conforman la fachada de la Catedral, como animan el espíritu y el corazón de los que nos encontramos en la plaza en ese momento. Con la tranquilidad de haber cumplido nuestro propósito, observamos la llegada constante de nuevos peregrinos, vemos como las mismas sensaciones que, hace apenas 24 horas vivíamos y experimentábamos nosotros, son ahora vividas y experimentadas por ellos. Lágrimas, abrazos, besos, saltos, risas, llamadas telefónicas a familiares y amigos, fotografías, algunos incluso besan el suelo... vuelvo a emocionarme, tanto al verlo en ese momento, como ahora, pasado el tiempo, al recordarlo, ojalá pudiera volver a ese instante.... Plaza Obradoiro, gaitas,  peregrinos, compañeros de Camino...y el sol acariciándonos a todos en ese despertar del nuevo día.

Aprovechamos el día para callejear, todo lo contrario que se supondría que tendríamos que hacer dado que todos los días hemos caminado una media de 20 kilómetros, pero el hábito de caminar por un lado, y el querer disfrutar de la ciudad por otro, hacen que pasemos el día recorriendo callejuelas, jardines, iglesias, tiendas... visitamos una vez más la Catedral, aprovechando los momentos de menos bullicio.

by AyA

Al Apóstol, tanto frente a la urna que contiene sus restos, como en el momento de un último abrazo, le doy las gracias por mil cosas. Por lo que la vida me ha dado, por las personas que forman parte de ella, por haberme dado las fuerzas de recorrer estos 200 kilómetros, por la compañía del Camino, por mi compañera de viaje, y de vida... Y junto con el agradecimiento, hago el propósito, o promesa (lo que me obligaría a cumplirla), de volver a hacer parte del Camino, y de hacerlo con la misma compañía.

by AyA


















Millones de peregrinos a lo largo de la historia han recorrido estas mismas calles, han dado a la ciudad miles de historias que contar, millones de experiencias únicas, irrepetibles... Callejear por Santiago hace que seas consciente de que estás formando parte de una historia de cientos de años, que con nuestra presencia seguimos alimentando el conocimiento de esas piedras, que día tras día, son testigos de las emociones de los peregrinos... si las piedras hablaran.

No es un destino turístico más, no es una ciudad cualquiera, con bellos monumentos, interesantes edificios, con rica gastronomía, con ancestral cultura... el ser objeto de peregrinaje, la dota, al igual que otros puntos de peregrinación mundiales, de un alo especial, de un perfume de espiritualidad que a algunos nos sobrecoge.

Sin duda, el Camino te seduce, te atrae y te envuelve en su magia.

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